Packaging

furoshiki7Os acordáis del bolso de Nala? pues Nala también se acuerda porque lo que es el bolso en sí no lo ve mucho, de hecho …aún lo tengo yo… sip.
Cosas de la puesta en escena, un pequeño atrezo para la foto. La correa tenía que tener la medida correcta antes de terminar el bolso y para ello se dió dos vueltas en avión, se pasó dos meses en el maletero de un coche, quince días en el taller de cuero y 15 días más en mi taller, si pudiera hablar…
Todas estas idas y venidas estimularon la sensación de subidón cuando lo ví terminado, supongo que estaba en lo más alto cuando decidí que meterlo a pelo en una caja quedaba, como poco, cutre…Se lió la cosa un poquito, hasta tuve mi momento furia destructora que si no hay  nadie mirando es muy relajante pero como te pille alguien..
Lo intenté con papel cosido y con cartón pero tan solo demostré mis habilidades para darles a estos materiales un aire de solemne chapuza, la solución pasaba por complicarlo todo así que me sometí a los designios de Ockham al que recurro a menudo , como hacía mi abuela con San Antonio cada vez que perdía algo: «En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta»….  fué así como recordé esa deliciosa tradición japonesa que consiste en envolver cualquier cosa que lleven de un lado a otro en un pañuelo: furoshiki, le llaman.
Por aquí le conocemos más como atadillo, aunque jamás hicimos atadillos con seda ni ponemos tanto primor en envolver muchas cosas, básicamente vamos de un lado a otro metiendo nuestros enseres en la poco agradecida pero universalmente utilizada bolsa de plástico, una costumbre que pretendo cambiar.
Aunque fuera sencillo yo necesitaba complicarlo un poco más; lo hice de doble tela y de un tamaño inferior al que necesitaba con lo cual ni siquiera anudaba, así que me encomendé de nuevo a Fray Guillermo y …. vi la coleta que anudaba el pelo de mi hija… : p (otro clásico, encomendarme a todos los santos para que me enseñen lo que tengo delante de las narices)
Perfecto del todo no quedó, lo hice un poco a ojo, las costuras pierden el norte a ratos y las telas son tan distintas que flipé para entenderme con ellas, con todo prefiero pensarlo dos veces y preguntarme: ¿porqué le llamo imperfección si le puedo llamar asimetría?.
En breve irá volando a tus brazos Nala, que lo disfrutes!