Soy muy refranera , no porque crea en la efectividad de los refranes sino porque no ha habido aprendizaje causa-efecto, desde que tengo uso de razón, que no haya llegado acompañado de un «muy oportuno refrán»… alguno certero, alguno hiriente y algún otro que saca sangre… No puedo dejar de evocar uno en cada momento crítico del día, no voy a por ellos, en serio, son ellos los que vienen a mí.
Cada vez que me pasa, la imagen de mi abuela se me viene a la cabeza con aquella sonrisilla irónica (modo refrán) envuelta en una especie de Dolby Surround con su eco y su resonancia, si, tal cual lo diría Vincent Price si hablase gallego: ¡¡¡¡»Para o que non quere caldo…sete tazas«!!! (para el que no quiere caldo…siete tazas), que viene a ser algo así como : Pues si no querías… te vas a hartar!, era uno de sus favoritos o por lo menos de lo más oído de los 80 y los 90.
Ahora tengo otro en mente, el que me atronó cuando me puse con ésta, la Bestia Parda number 2…, «Eramos pocos y… paríó la abuela«. Viene al caso porque no es que me empeñase yo en hacer una muñeca detrás de otra, sobre todo antes de tener cara para la primera, sino porque intenté hacer de la segunda un borrador.
Si, si, el razonamiento es tela porque, en sí, mucho sentido no tiene; El tejido no es el mismo, la textura tampoco, nada que ver! Pero me lancé sin pensarlo: «vamos a hacer algo menos complicado que me ayude a ponerle cara…» y ahora tengo una pequeña prole en la mesa de pruebas ; dos cabezas sin rostro y dos cuerpos que vestir…
El caso es que si ha parido, da igual que haya sido la abuela, ahora hay dos criaturas y es posible que sean de crecimiento lento, que le vamos a hacer…»A lo hecho, pecho!» y eso porque son muñecas y no posavasos que si no se solucionaba antes con un… «muerto el perro se acabó la rabia«!!!